Todo el mundo mira una vez más atento a lo que pasa en la enésima cumbre climática –esta vez en Cancún–, que han tachado de fracaso ya de antemano. ¡Menuda expectativa! Como mi confianza en la voluntad de transigir de los políticos es bastante baja, yo mismo intento contribuir a la protección del medio ambiente a pequeña escala. En las líneas de autobús en Valencia, en las paradas finales o intermedias (si es una línea circular), el conductor hace un descanso de 10-15 minutos para mear, fumarse un pitillo o simplemente para reposar. Por desgracia, el que no reposa es el motor, ya que lo dejan funcionando todo el tiempo.
Hace dos días mantuve la siguiente conversación con un chofer de la EMT valenciana:
– “Disculpe, ¿tiene puesta la calefacción?”
– “No, ¿por?“
– “Porque el motor sigue encendido”.
– „Ah, sí, nos dicen que no apaguemos el motor en invierno para que el autobús arranque mejor”.
– „Ajá, pero hoy ha hecho 20 ºC… ¿No cree que podría hacerle un favor al medio ambiente y apagar el motor?“
– “Sí, tienes razón”.
Conclusión: Yo tenía razón, pero el motor se quedó encendido. Puede que formen a los conductores para dar siempre la razón a los clientes contestones y así evitar que la armen. Aún así, volveré a sacar el tema la próxima vez. Y la siguiente. Y la… Hasta que tal vez, un día, el primer conductor de autobús se muestre comprensivo con el alemán terco y con el medio ambiente. ¿Alguien más se apunta a hacer de “disco rayado”?
Der Beitrag Trata de apagarlo, Carlos erschien zuerst auf Diario de un alemol.